sábado, 24 de septiembre de 2011

A despecho de las dificultades de mi historia, a pesar de las desazones, de las dedas, de las desesperaciones, a pesar de las ganas de querer salir de ella, no ceso de afirmar en mi mismo el AMOR como un valor. Todos los argumentos que los sistemas más diversos emplean para desmitificar, limitar, desdibujar, en suma despreciar el amor, yo los escucho pero me obstino: "Lo se perfectamente pero a pesar de todo ... ". Remito las desvaluaciones del amor a una suerte moral oscurantista, a un realismo-farsa, contra los cuales levanto lo real del valor: opongo a todo "lo que no va" en el amor, la afirmación de lo que en él vale.